Aceites Esenciales Cítricos y Nuevos Biopesticídas
La búsqueda de alternativas naturales a los productos antimicrobianos sintéticos (presentes en los alimentos preparados, destinados a prolongar su conservación), ha supuesto el desarrollo de nuevas investigaciones en los alimentos para determinar si se podían hallar, en ellos mismos, propiedades antimicrobianas. En este sentido, un reciente estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad Miguel Hernández en Alicante (España) sugiere la función antifúngica que podrían desempeñar los aceites esenciales de algunos cítricos.
Experimento Antifungicida
Los investigadores realizaron diferente pruebas en las que se estudiaba la función antifúngica de cada tipo de aceite esencial cítrico frente a determinadas colonias de bacterias, cada aceite ofrecía resultados diferentes. Frente a la Aspergillus niger (un hongo nocivo que ataca a las verduras), el aceite esencial de naranjas lograba reducir la actividad de la colonia de bacterias en un 50%. De acuerdo con el estudio, publicado en la revista “Food Chemistry”, el aceite esencial de mandarina produjo los mejores efectos contra la Aspergillus flavus (65% de reducción) y, finalmente, el pomelo presentó efectos contra P. chrysogenum y P. verrucosum (48,1% y 48,3%, respectivamente).
Con estudios como este, se refuerza la idea de que los aceites esenciales cítricos poseen numerosas cualidades beneficiosas para nuestro organismo y sus propiedades antimicrobianas los perfilan como un ideal conservante para ser utilizado en los alimentos.
Los investigadores sin embargo, advierten que también podrían ocasionar algún tipo de desequilibrio en nuestra flora bacteriana, por lo que se deben esperar nuevas investigaciones en este sentido.
Los datos del estudio han sido publicados en la revista científica electrónica «Food Chemistry».
Más posibilidades: Nuevos Biopesticidas
Un equipo de investigadores del Centro de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico de la Universitat Politècnica de València (IDM-UPV) y la Universidad Checa Agraria de Praga (República Checa) han logrado obtener, a escala de laboratorio, microcápsulas con aceites esenciales de tomillo, canela, orégano y clavo que podrían ser utilizadas como biopesticidas para luchar contra el hongo Aspergillus Niger, responsable de importantes daños en las postcosechas.
Los resultados de su trabajo, publicados en el «Journal of the Science of Food and Agriculture» (Revista de la Ciencia de la Alimentación y la Agricultura), sugieren una significativa aplicabilidad de estos aceites esenciales como conservantes naturales frente al citado hongo, que provoca la aparición de manchas negras en plantas ornamentales, frutas y verduras, como por ejemplo tomates, lechugas, cacahuetes, uvas o cebollas.
«En este último caso», indica Andrea Bernardo (IDM-UPV), «aplicando estas microcápsulas antes de empezar la cosecha podríamos hacer frente a esta patología, favoreciendo así un mayor rendimiento del cultivo».
La encapsulación para controlar la volatilidad de los aceites
Según destacan en su estudio los investigadores españoles y checos, los principales componentes de los aceites esenciales son conocidos por sus propiedades antifúngicas. Sin embargo, la alta volatilidad de los mismos limita su aplicación como agentes antimicrobianos. Para controlar dicha volatilidad, han analizado el potencial de la encapsulación o cargado en materiales porosos, con unos resultados satisfactorios.
«Estas microcápsulas», prosigue Bernardos, «podrían aplicarse directamente en los campos de cultivo, usándose como biopesticidas durante los procesos de crecimiento de frutas y verduras. De este modo, se produciría un contacto directo entre el hongo y la micropartícula en el suelo, lo que permitiría actuar de una forma más eficaz contra el primero».